8 de octubre de 2008

mi casa

Mi casa
Soy Felicidad Martínez: De Monteagudo de las Vicarias. Voy a hablar de las maravillas que puede tener una casa en el campo para un agricultor. Tiene corral, huerto y pozo con agua, cocheras para el grano y la maquinaria. Algún que otro árbol : higuera, parras, rosales, y en la puerta una noguera., Pues bien en esta casa en el silencio del dia o de la noche se observan cantidad de ruidos naturales que producen los animales que en primavera salen de la tierra según sale la hierba, por ejemplo, las culebras que se despabilan al sol de mayo y dejando alguna camisa con sus brillantes escamas, las lagartijas, salen en las grietas y entre las piedras, llegan las multicolores mariposas, el canto de las codornices aposentadas en los rastrojos, los enjambres de abejas que a veces trabajan en un viejo tronco de los chopos del rió que pasa cerca de mi casa, A veces se desenjanbran en mayo y se posan en las ramas de un manzano y mas de una vez los cogemos y los llevamos al colmenar, y al año siguiente tenemos miel fresca y buena. También pululan las moscas, las avispas, las hormigas que cuando barruntan tormentas abandonan el hormiguero y salen con alas y los estorninos las pillan al vuelo y se alimentan con ellas.
Las golondrinas haciendo sus nidos en las tainas del ganado lanar, los gorriones, palomas torcaces, los ratones, las madrigueras de conejillos.
En las noches de luna llena los búhos y lechuzas y el cuco anunciando la primavera y el buen tiempo, nos acechan en la oscuridad es una maravilla, y los grillos que por las noches forman unos ecos que nos deleitan la noche mágica, al anochecer cantan los ruiseñores, es una delicia oírlos, también de vez en cuando algún que otro mosquito trompetero que con su música te clava el aguijón. Todas estas pequeñas grandes cosas te hacen la vida más feliz y llevadera.

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