23 de abril de 2008

Bodas entre pueblos



Bodas entre pueblos vecinos: Según me contaron desde niña, mis suegros o sea José Pinilla era de Cihuela y Perfecta Utrilla era de Monteagudo.
Pues bien mi suegro José Pinilla venia a festejar a mi suegra, a caballo en una mula joven y bonita y bien engalanada con unas alforjas, la cubierta y la atarre todo de lanas de colores que las tejían los tejedores, y eran preciosas, el Abuelo que era guapo y buen mozo y la muleta joven y bonita. Creo que llamaba la atencion
Por fin llego el día de la boda, se casaron aquí en Monteagudo, una boda por todo lo alto, muchos invitados. Primero la bendición de los padres en la casa de la novia y a continuación a misa una ceremonia religiosa, volteo de campanas y la entrada a la Iglesia con la música del Órgano. Terminada la misa por la calle mayor al Ayuntamiento a firmar los papeles, después a la casa de la novia a tomar el refresco, que se componía de dulces y bebidas de refrescos y a continuación la rondalla con guitarras, con unas felicitaciones y unos cánticos preciosos. Después a comer, que como mínimo serian a las tres de la tarde, y ya al baile también se cantaban las albadas, que mas o menos en todos los pueblos eran mas o menos así
Por que sigan adelante costumbres que nos legaron
Los mocitos con su albada a vuestra puerta han llegado
Les damos la enhorabuena a estos dos recién casados

que Dios les haga felices y que vivan muchos años,
Vivan el novio y la novia y el cura que los caso,
El padrino la madrina los invitados y yo.
A la novia de esta boda, le decimos con prudencia
Que obedezca a su marido, con fiel y humilde obediencia.
Al joven que se ha casado, compañerito del alma,
Le decimos amigables, ama te han dado no esclava,
Has dejado de ser mozo y rondar por las esquinas,
Ahora tendrás que acostarte a la hora de las gallinas,
La madrina de esta boda es una Santa mujer,
Que aleccione a la pareja, en todo lo menester,
El padrino de esta boda es un hombre muy rumboso,
De su bolsillo esperamos buena merienda los mozos,
El padrino y la madrina de este santo matrimonio,
No solo les den consejos si no suerte y onzas de oro.
Os casáis “pa” tener hijos y enviarlos a la escuela,
Domadlos de pequeñitos para que calcen espuelas
Cuando el marido este ausente, la mujer cuida del ato,
No comberses con pelaires y duerme a las ocho y cuarto,
Tu mujer es un diamante cuida de que no se caiga
Que se rompe se hace trizas y luego no vale nada,
No olvidéis buenos amigos los consejos de importancia,
Vivid con temor de Dios que tal vez nos deis las gracias,
Con ayuda de los padres de la madrina y padrino.
Pronto podrías ajuntar ovejas cabras y pollinos,
Tu marido trabajando tu mujer hilando lana,
Pronto podrías disponer para comprar unas cabras,
Con lo que saqueéis de lana para el gasto del verano,
Y con el queso y la leche para la ropa y calzado,
En buen año “sus” casáis con la lana a ochenta reales,
El queso a dieciocho perras de pienso llenos trujales,
Allá va la despedida, no queremos ser pesados,
Muy buenas noches a todos y que tal día haga un año.

Continúo con la boda de los abuelos: al día siguiente los novios y todos los invitados se fueron al pueblo del novio a Cihuela todos en caballerías, entonces no había apenas coches. Creo que aquello parecía una romería. todos a caballo en las mulas cantando jotas y de todo.
Una vez que llegaron al pueblo, a Cihuela la juventud recorrieron el pueblo con la ronda y cantando, se fueron todos a ver unas bodegas de la granja de Abálate que estaba muy cerca eran tan grade que hasta los camiones entraban dentro. Era como una montaña entera toda hueca y los camiones entraban por una parte y salía por el otro extremo y tenía muchos nichos y cubas muy grades y muchisimo vino
Toda la comitiva de la boda, se metieron en la bodega dirigidos por el tío Ángel de Albálate que era muy chistoso y el se sabía todos recovecos de la bodega, como no había luz eléctrica encendió una vela, pero “horror” apago la vela y allí todos perdidos sin saber por donde salir, creo que fue de traca después de todo esto lo celebraron con la buena merienda y siguieron la broma hasta el día siguiente.
Entonces las bodas se decía, la boda y la tornaboda , y si no, este refrán: sábado me casé, domingo la tornaboda y lunes a trabajar para mantener la novia duraban hasta tres días. Y a los mozos de las albadas les invitaban a pasar y les ponían comida y bebida y les daban algo de dinero para hacerse una merienda
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