3 de febrero de 2016

SAN BLAS

Hoy se ha celebrado en Monteagudo San Blas. Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.
Icono ruso del siglo XVII, que representa a Blas de Sebaste.
Se le acercaban también los animales enfermos para que les curase, pero en cambio no le molestaban durante su tiempo de oración.
Todos recordamos de niños el ir a misa con el rollo de San Blas a bendecirlo antes de ir a la escuela. Había dos tipos, uno de bizcocho y otro con clara de huevo y anisillos y que alguna vez sucumbíamos a la tentación de ir arrancando alguno mientras esperábamos la bendición del sacerdote.
Hoy en los whatsApp de la Asociación de amigos de Monteagudo se han ido recordando como algunas personas llevaban rollos, rosquillas, cebada para los animales, otros agua, sal... Yo recuerdo a mi madre llevar diferentes alimentos y golosinas, pero el colmo era que llevaba puros para que no nos hiciese mal el tabaco a la garganta a mi padre o a mí.
Refranero de
  • «Por san Blas la cigüeña verás, y si no la vieres: año de nieves». Hace referencia a la llegada de las cigüeñas a España, que se produce a principios de febrero excepto en años muy fríos.
  • «Por san Blas, hora y media más». Refiere que en la fecha de la festividad de Blas de Sebaste, transcurrido casi un mes y medio de invierno, la duración del día es manifiestamente más prolongada.
  • «San Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito».
  • «San Blas, tú me llamarás». Refiere que la afección de garganta provocará en el propio fiel el recordatorio del santo.
  • «San Blas, San Blas, que se ahoga este animal». Cuando alguien se atraganta mientras se le da en la espalda para que se le pase.
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1 comentario:

José Antonio Alonso dijo...


Amigo Goyo, me permito adjuntar este comentario extraído de uno de mis libros

SAN BLAS Y LAS MULAS: Como muestra de la importancia que tenían en las casas de los labradores las caballerías y su salud, basta hacer referencia a la costumbre que se comenta a continuación. El día tres de Febrero se celebraba la festividad de San Blas. A este santo, desde tiempos pasados, se le consideró como el patrón de la garganta y el benefactor frente a los males que aquejaban a esta importante parte del cuerpo humano. La razón de este patronazgo deriva de que, según la tradición, el Santo, atendiendo el ruego de una madre, obró el milagro de la curación de un niño que se estaba asfixiando a causa de una espina de pescado que se le había atravesado en la garganta. El día de San Blas, era costumbre en Serón asistir a misa con una pequeña cesta en la que se portaban diversos productos alimenticios para recibir la bendición. Entre estos productos había galletas, dulces, nueces, onzas de chocolate, higos secos etc. La tradición popular suponía que la ingesta de estos productos bendecidos, traía favores y protección del santo en la salud de la delicada parte del cuerpo que es la garganta. Aparte de las personas, se pensaba también en la salud de los animales y, en este sentido, a la iglesia los chicos llevaban también una gavilla o manojo de espigas de avena, llamado “garva” (o garba), que se había guardado desde la recolección en el verano anterior y que, tras su bendición, se echaba a las mulas para hacer extensiva la protección de su garganta también a estos animales. Algunos chicos o familias, en vez de una “garva” de espigas, llevaban un recipiente con cebada o avena en grano con el mismo objetivo.