
Al marqués de Villel se le pagaba cada año 1980 reales como rédito de censo redimible de 6000 ducados. A Francisco Cortés (hidalgo de Sigüenza) 336 reales de 1000 ducados, a las Religiosas Bernardas 37 reales como rédito de 330 ducados.
Hay varias capellanías que parece ser que eran que una persona dejaba una cantidad de dinero bienes para que con sus intereses o rentas le dijesen misas a él o a su familia y garantizarse menos tiempo en el purgatorio. Nombra una de Catalina Carlos de Monreal 33 reales, Felipe Morón de Monteagudo 21 reales, Pedro Velilla de Monteagudo 42 reales, Juachin de la Banda de Monteagudo 21 reales, Francisco Perea de Medinaceli 16 reales. Al Monasterio de Nuestra Señora de Huerta 89 reales y para redención de cautivos 44 reales y la Casa Santa de Jerusalén 29 reales.
Además como servicios ordinarios y extraordinarios debían abonar 31953 maravedies y afirman que les parece una carga excesiva.
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