10 de enero de 2014

Poesia

Como se vivía en aquellos tiempos en los pueblos:


Cuanto han cambiado los tiempos
Y obligaciones aquellas
De ir a lavar al rió
Llevando la ropa acuestas

Lavarla y echarla al sol
Sobre la tupida hierba
Para que se blanqueara,
Regándola con frecuencia

Otras veces a los hornos,
El pandero a la cabeza,
Vamos a cocer el pan
Que amasamos en la artesa,

O camino de la fuente
El cántaro en la cabeza
Y en la otra cadera el niño,
Que no dormía la siesta,

Pues no había coche citos,
Ni cuartos para niñeras,
Y cada mujer tenía
De niños media docena,

Digo por termino medio
Y no me paso en la cuenta
¡Que mujeres las de antaño!
¡Cuanta lucha, cuanta entrega!
Para sacar la familia
A veces con gran miseria
De no tener para el hijo,
Ni un trozo de pan siquiera,

Pero siempre confiaron
En Dios y en la providencia,
El que mantiene a las aves,
Que ni siembran, ni cosechan

Y que a los lirios los viste
Con más galas que la ciencia,
Hoy han cambiado los tiempos
Y las labores aquellas


¿Quién no tiene lavadora
Automática de esas
Que lavan y dan blancura
Y dejan la ropa seca?

El frigorífico Lleno
Y colmada la despensa
Y por supuesto pan tierno
Que lo duro lo desechan,

A pesar de la abundancia
No nacen niños apenas
Se dice que es sacrificio
En esta vida moderna,

Que no hay que traer el agua
Ni amasar pan en la artesa
Ni que lavar los pañales
Ni dar a los niños teta,

Pañales de pon y tira
Se ofrecen en cualquier tienda
Y en la farmacia productos
Como la leche materna,

Y por supuesto el dinero
En ningún medio escasea,
¿Se habla de sacrificio
Cuando la abundancia atesta?

¡Cuánto hay que agradecer
A aquellas madres y abuelas!
Aquella mujer de antaño
Tal vez por no ser modernas,

Cuantos debemos la vida
Al sacrificio de ellas,
Una madre es una madre
Con abundancia o sin ella,

Pero la de la abundancia
No sabe el sufrir de aquella
Que un niño le pide pan
Cuando no hay pan en la artesa
.

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