Mi madre había puesto en agosto de 2012 "En este Antiguo Cementerio de Monteagudo de las Vicarias: en el año 1885 hubo un Cólera, que azotó el pueblo, murieron en tres días en el mes de Agosto 300 personas, y están enterradas en una fosa común. Los ponían por capas y en los huecos metían los niños como ripios, después ponían cal viva, y así sucesivamente. Yo como persona de 83 años tengo en el recuerdo de oírlo a personas mayores, Los Hombres del Pueblo, recogían los difuntos con un carro y una mula y los llevaban al cementerio, y allí tenían jamón y pan, agua y vino para comer todo el que fuera, por que el pueblo estaba en cuarentena y acudían a las fronteras para recoger víveres o fármacos, o lo que hiciera falta. También se dio el caso de una persona que dijo, No me llevéis que estoy vivo y vivió muchos mas años. Se dijo que si unos segadores lavaron ropa en la fuente donde la gente cogían el agua para beber. También que si quemaron ropas sucias en la estacada y venía el aire al Pueblo. Pero nunca se supo la verdad. "
Sobre esta particularidad creo que ampliaron el cementerio y se nota en la pared la parte que es distinta. De niño recuerdo que se comentaba el lugar cerca del camino que pasa entre el castillo y el cementerio viejo.
El doctor Philip Hauser hizo un estudio epidemiológico sobre el cólera muy interesante para la época y os copio la primera parte del resumen que nos mandaron. Loli sabe quien fue y al que le agradecemos de antemano su esfuerzo.
INVASIONES COLÉRICA EN LA PROVINCIA DE SORIA
“Al mismo tiempo que la provincia de Zaragoza fue invadida la de
Soria, pues, colindando con ella y hallándose ambas atravesadas por
el río Jalón, los gérmenes colerígenos invadieron esta provincia,
subiendo las márgenes del Nágima, afluente de aquél.
La primera población que sufrió sus efectos fue Monteagudo, que se
halla situada en los confines de Aragón, en un pequeño valle regado
por el Nágima. Dista unos 13 kilómetros próximamente de la línea
férrea de Madrid a Zaragoza; tiene unos 750 habitantes, en su
mayoría agricultores. Parte de su terreno es de regadío, para el
que aprovechan las aguas del río, y además las de un pantano de
unos 4 o 6.000.000 de metros cúbicos de cabida, que se ha construido
estos últimos años y en el que se recogen las aguas de algunos
arroyos afluentes de dicho río, pudiendo regarse sobre 700 hectáreas
entre todo. El terreno de aquella comarca es de formación terciaria
miocena, en la que predominan los conglomerados, las arcillas rojas y
las margas blanquecinas, que generalmente ocupan la parte superior
cuando no han desaparecido por la denudación del terreno. Su
topografía se reduce a lomas y cerros más o menos elevados,
interrumpidos por cañadas y vallejos. Puede decirse que es la parte
de la provincia más agrícola y menos montañosa.
Esta desgraciada población ha visto perecer en cinco días la
tercera parte de su vecindario: sus 800 habitantes quedaron reducidos
a 500, mientras que en otros pueblos de mayor número de almas, como
La Puebla de Eca, Morón, Deza y Espeja, no penetró el agente
colerígeno, y otros, como Berlanga del Duero, a pesar de tener 2.000
habitantes, no contó más que 11 defunciones; igualmente Arcos, de
1.160 almas, no perdió más que 25. ¿A qué es debido que el pueblo
de Monteagudo, en mes y medio, viera a sus moradores (que eran 800)
reducidos a 500?
No hay otra razón que las pésimas condiciones higiénicas de la
localidad, que representa una villa murada con tres puertas, una
villa de señorío que conserva el cerco en que fue encerrada, o para
la defensa o para pagar el tributo. Si se entra en ella y se avanza
por sus calles estrechas y sombrías, se ven las negras fachadas de
sus casas, donde se hallan apiñadas, no sólo los individuos de la
familia, sino las aves de corral, los cerdos y las bestias de la
labor; próximas a éstas, se hallan las viviendas estrechas, sin
ventilación y sin aseo; sus aguas potables surten los pozos,
procedentes de filtraciones que pasan a través de un suelo saturado
de materias orgánicas. En resumen, el agente colerígeno encontró
en esta localidad reunidas todas las condiciones más favorables para
su desenvolvimiento y multiplicación.
Veamos ahora cómo entró y se desarrolló el cólera en la
infortunada villa. En la madrugada del día 1º de Julio llegó allí
un segador enfermo, procedente de Calatorao, punto de la ribera del
Jalón. Falleció al siguiente día; se quemaron sus ropas y fueron
aisladas las personas que le asistieron; dos semanas después, cuando
nadie se acordaba del suceso, el día 15, aparecieron 8 atacados; al
día siguiente, 60, de los que fallecieron 25, y a la caída de la
tarde del mismo día descargó una tormenta furiosa sobre el pueblo,
y entre aquella noche horrible y el día 17 llegaron los invadidos a
270, casi la tercera parte de la población, de los cuales murieron
más de la mitad.
De la exposición sucinta de este hecho, que vino confirmado por
varios testigos oculares fidedignos, resulta que no basta ni el
aislamiento del enfermo ni de las personas que le asisten, ni la
destrucción de la ropa de los invadidos por el fuego, ni de los
efectos que le sirvieron de abrigo, para evitar el estallido de una
epidemia en el caso que el enfermo haya contaminado antes el
suelo con sus deyecciones, y tanto menos si aquél tiene
condiciones tan favorables como el de Monteagudo para el desarrollo
del bacillus colerígeno. Lo que es preciso, ante todo,
es desinfectar las deyecciones, y, si esto ya no fuera posible, el
suelo que las ha servido de receptáculo. En conjunto, de los 345
ayuntamientos que tiene la provincia de Soria y que reúnen una
población de 153.654 habitantes, fueron invadidos 57, que suman
36.654 individuos, de los cuales fallecieron sólo 1.019. Puede
decirse que, excepto el pueblo de Monteagudo, que sufrío tanto, fue
una de las provincias menos castigadas de la Península; pero también
hay que tener en cuenta que es la más áspera y árida de toda
España, aunque esté
regada por numerosos ríos, como el Duero, Ebro y muchos afluentes
suyos; pero la prolongación de la línea central de los Pirineos en
esta provincia, presentando inmensas ramificaciones, conocidas por
los distintos nombres de sierras, alternando con diferentes valles,
cañadas y montañas de tercer orden, hace que la mayor parte de sus
poblaciones se hallen diseminadas por las colinas y faldas de las
montañas y muy pocas por los valles, por cuya razón tiene mayor
número de pueblos de pocos vecinos cada uno en relación con el de
sus habitantes.
(Págs. 45-47 del Volumne I)
Sobre las causas de por que fue tan dañino en el pueblo pienso que mucha culpa la pudo tener el manantial del que se cogía el agua en la ermita que es una especie de estanque al que caen el agua y que se metían los cántaros en el agua para llenarlos. Una vez contaminado era muy fácil que pasase a los demás. Siendo muy ciertas las causas que pone el doctor. En los próximos días iré poniendo más informaciones del resumen y del libro para no hacerlo demasiado largo.
2 comentarios:
Refernte a lo que tu cuentas sobre el colera que hubo en muchos pueblos de soria y Aragón.
Pues mira por donde me voy enterando de los que murieron en Moteagudo. Yo se por mis abuelos y mis padres lo del colera.El año lo he sabido gracias a tu madre que fue el año 1885.
Pues yo te voy a contar el milagro que nos hizo san Roque. Vino una niebla y en el pueblo de Cihuela no llego entrar por lo que no murió nadie.
Un familiar hizo una promesa que si no moría nadie de su familia en Moteagudo iría andando desde Cihuela a Monteagudo rodeadas de zarzas y así lo hizo porque nadie de su familia murió en Monteagudo. A raíz de esto se hizo en mayo la fiesta de san Roquillo.
Gracias por compartir esto con nosotros. Yo no sabía nada de esto, mis abuelos nunca me lo habían contado. Soy coral, la nieta de pura de puerta nueva. Un saludo, me ha encantado conocer la historia!
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