Es curioso como de pronto me he dado cuenta que este paisaje era muy bello, aunque estemos muy acostumbrados a verlo y nos parezcan muy bonitos, que lo son, los paisajes verdes.
Hace poco he estado en Escocia y he podido disfrutar de esas praderas enormes, esos bosques en los que podemos distinguir toda la gama de verdes imaginable. Pero en realidad la variedad cromática de estos campos es enorme. He querido hacer varias fotos de estos eriales y compartirlas en comparación con las de Escocia. En realidad el amarillo expresa felicidad y abundancia frente a la esperanza del verde, por lo que no tiene mucho que envidiar. ¿Qué os parece? ¿Podemos estar orgullosos de nuestros secarrales?. Al final os pongo un enlace a la ruta que he realizado:
1 comentario:
Me ha gustado mucho llegar a este blog navegando por internet. Me siento cercano a lo que escribes porque de pequeño veraneaba en un pueblo de Soria en casa de mis abuelos y, tras años, este verano he vuelto al pueblo y he visto cosas que me han hecho revivir mi infancia. Mi abuela murió ancians hace unos cuantos años y ahora cuando vuelvo veo que hay muchas personas mayores en la provincia de Soria, y los pueblos también han cambiado. Lo que no lo ha hecho es el espectáculo de las tormentas de verano que describes. Felicidades.
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