26 de enero de 2015

ULTIMO DÍA DE CAZA MENOR

Es el último fin de semana de enero. Finaliza el periodo de caza menor en Soria.
Son las seis de la mañana. Me levanto en Madrid puesto que hay que aprovechar la última oportunidad de practicar este deporte, para muchos incomprendido que es la caza menor.
Por delante tengo 200 km de una madrugada fría. El termómetro del coche marca en algunos lugares -5,5º Llego al pueblo y mi perro Cañamón que me ha acompañado tantisimas veces esta muy nervioso. En el maletero se revuelve y gruñe intuyendo la proximidad del pueblo.
Desayunamos, cogemos la escopeta y los cartuchos y parto hacia un paraje denominado el Charco que es muy difícil y por eso me encanta.
Nada más salir del coche  Cañamón se ha rejuvenecido un montón, parte hacia el monte entre romeros en busca de mis amigas las perdices. El paisaje es precioso,la cabeza del medio y el Moncayo nevado al fondo. El viento corta el cutis, mi perro se inclina hacia una ladera, el pobre ve muy poco y se está quedando sordo, pero el olfato no lo ha perdido. De repente veo unas perdices salir a lo lejos. Son muy bravías, intento adivinar hacia donde han ido e intentar sorprenderlas. A mi perro le tengo que ayudar a bajar algunos terraplenes. Los lances se repiten.Cazamos dos perdices y un gazapo. Una mañana magnifica en plena naturaleza.
Respecto a este tipo de caza siempre he tenido en mente a Miguel Delibes cazador, un gran escritor con las ideas muy claras y seguramente un gran amante de la naturaleza Sus libros me han encantado, os los recomeindo

Imagen de mi perro Cañamon en la que seguramente sea su última cacería y en la que parece abrazar las dos perdices y el gazapo que cazamos este día.

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