Esta noche en la radio he oído una historia extraordinaria que me ha impactado profundamente.
Rukeli era un joven gitano que se crío en los barrios mas pobres de Hannover y que triunfaba en el boxeo entrenado por el boxeador judío Erich Seelig y que con su sacrificio ridiculizó a los nazis.
El problema era que en la Alemania nazi no podían permitir que un gitano triunfase en el deporte. Alegaban que se movía mucho gracias a su baile rápido de piernas y a este tipo de boxeo lo calificaban de "afeminado" y nada que ver con el boxeo ario de verdad.
En 1933 con 25 años disputa el titulo nacional de peso semipesado a Adolf Witt (campeón de peso pesado) y que Trollman (así se llamaba) basado en su juego de piernas después de seis asaltos estaba a punto de derrumbar a Witt . Los jueces ordenaron parar la pelea y declararon un empate. La multitud enfurecida se reveló y declararon campeón a Trollman. Rukeli. Este lloró de felicidad en el ring y con esa excusa (pobre comportamiento y mal boxeo) le retiraron el título seis días después. La verdadera razón fue ser gitano.
Prohibieron a Trollman moverse del centro del ring y utilizar su baile o le retiraban la licencia. Rukeli tenía que perder y la raza aria ganar.
Rukeli apareció en el ring con el cuerpo cubierto de harina y el pelo teñido de rubio, en un gesto de provocación , caricatura y burla de lo ario y sin moverse aguantó con las piernas abiertas y sin esquivar en el centro del ring los puñetazos de Gustav Eder. Aguantó cinco asaltos y cayó al suelo bañado en sangre.
Posteriormente fue esterilizado como miles de gitanos, fue reclutado por la Wehrmacht, enviado al campo de concentración de Neuengamme y allí organizaron peleas para entretenimiento de las tropas. En una de ellas al derrotar a un Kapo este tomó un palo y lo golpeó hasta la muerte.
En 2003 le entregaron a sus herederos el título de campeón alemán de peso semipesado.
No puedo dejar de pensar en la historia de esta persona y en su gran sacrificio y al mismo tiempo reconocer la peligrosidad de ciertas ideologías que se basan en afirmar que el grupo al que pertenecemos es superior y que el extranjero, el emigrante, el diferente... es inferior, culpable de todo y por lo tanto al que hay que perseguir o eliminar y que últimamente están volviendo a resurgir desgraciadamente. El que olvida la historia está condenado a repetirla.
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