La Familia Ortega

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140 Ortegas disfrutaron de su pasado y de su futuro en Cihuela

La familia Ortega celebró el sábado 7 de septiembre su primera reunión o encuentro. Acudieron al acto 140 familiares pertenecientes a las ocho ramas del antepasado de todos ellos José Ortega Pérez (nos remontamos a 1790 aproximadamente). El encuentro se realizó en Cihuela y los asistentes pudieron disfrutar de una emotiva misa de acción de gracias amenizada con jotas y después degustamos una buena comida. En ella pudieron comentar anécdotas, curiosidades y un largo etcétera. Uno de los organizadores, Javier Ortega, ha escrito una carta para celebrar la ocasión.

Carta a una gran familia

Siete de septiembre de dos mil trece. Esta fecha se quedará grabada en mi corazón para el resto de mis días. Un tropel de sensaciones y emociones se agolparon en mí desde el mismo momento que bajé del coche en Cihuela, mi pueblo. Sí,  digo bien,  mi pueblo. Porque, aun no habiendo nacido en él ni criado allí, sí que lo fue para mis ancestros, y desde ese mismo momento me siento ligado a él. Emociones que se fueron multiplicando conforme me presentaban o conocía a familiares descendientes de los ocho hijos del abuelo José Ortega (mi tatarabuelo). Me transmitieron anécdotas y vivencias, no ya de ellos, sino también de mis antepasados.
Fue una jornada que no quería que acabase nunca. La misa de acción de gracias fue maravillosa, sobre todo la magistral actuación de Consuelo Henar Ortega. Vi cómo se le saltaban las lágrimas a mi padre de la emoción.
Tuve la oportunidad de poder visitar la casa donde vivieron mis bisabuelos y tíos bisabuelos, pisar su suelo, ver sus herramientas de trabajo…
Donde más pudimos departir fue en la comida. Idas y venidas hablando con todo el que podía, preguntando, empapándome de todo lo que pudiera, haciendo fotos. Adolfo nos deleitó con sus palabras que llegaron  a lo más profundo de nuestros corazones. Y qué decir de ese maravilloso detalle que pude recibir, una placa que ya tengo puesta en un lugar de honor.
Pero como dice la canción: “Todo lo que empieza tiene un final y llegó la hora de partir”. Me fui con las maletas llenas de cariño, emoción, nostalgia… Pero con unas inmensas ganas de volver a ver a esta magnífica familia que somos “los Ortega”.
Todo esto lo pude vivir gracias a María Jesús, Bienvenida, Consuelo, Antonio, Jesús, Adolfo, Valeriano, Benito y todos los que de una manera u otra participaron en la preparación de este evento o tuvieron la oportunidad de asistir.
Gracias a todos por hacerme pasar unos momentos inolvidables.

Javier