Ayer, al amanecer , como siempre mi perro me avisa que quiere salir a pasear y salgo por los alrededores del pueblo donde puedo admirar las maravillosas auroras que suele haber aquí. Saco mi móvil y realizo una serie de fotografías de las que he seleccionado tres.
La primera con un amanecer que nos anuncia un nuevo día, unos colores que en la realidad eran mucho más bonitos y que en primer plano se ve ese cardo seco, restos de la exuberante vegetación de la primavera pasada. ¿Habrá un nuevo renacer en la próxima primavera?
Esta fue una de las entradas al pueblo, por donde salía el camino que comunicaba el pueblo con Bordalba y con la mayoría de las tierras de la vega y del nordeste del término. Hoy esta salida ha quedado abandonada al llegar los tractores y en esta cuesta quedan escombros, viejos bidones, Cañamón, mi perro que casi tiene 18 años y que casi no puede andar. El cementerio viejo con la puerta a la que le han quitado los clavos y las tablas se están desclavando y al fondo la torre octogonal a la que han tenido que reforzar para evitar su ruina. Otra alegoría del pueblo , antiguo, solitario y al que tenemos un gran cariño.
La tercera sigue siendo el cementerio en primer plano, pero hay una diferencia la luz del amanecer ilumina el pueblo y nos llena de esperanza al teñir de dorado la imagen.
¿Hay futuro para el pueblo?.¿ Llegará esa esperanza de la posibilidades turísticas del entorno tan bonito que ofrece la localidad y en especial del palacio tan desaprovechado por haber quedado a medio restaurar en tiempos pasados?. Pero no hay que mirar al pasado, un nuevo día comienza y hay que mirarlo con confianza y trabajar porque esa luz ilumine el pueblo y vuelva a renacer como el ave Fenix de sus cenizas.
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