Después de pasar por el antiguo ferrocarril Valladolid-Ariza hemos continuando con direción al pantano. En lo alto del cerro quedan algunas cepas de lo que hace no mucho tiempo fueron innumerables viñas y que la mecanización del campo se llevo por delante. Actualmente no queda ninguna.
Camininamos por el pozo de la Cabra hasta llegar al canal de salida de agua del pantano y que tengo que ayudar a mi perro a atravesar. A lo lejos distinguimos un grupo de pequeñas manchas en un rastrojo cercano al Cerro Siete y que identifico como cigüeñas. Estén reponiendo fuerzas en esta aventura que es la migración y que utilizan el pantano para beber. Este humedal está declarado zepa y lugar de descanso de las aves migratorias.,
Otros años han utilizado el castillo, la iglesia, el silo de cereales para descansar. El el primer aviso de que el verano está pasando. Seguiremos esperando al resto de aves migratorias.
Hemos vuelto al pueblo por el camino de la Virgen después de ver varias rapaces y un bando de perdices que ha salido al lado del camino y que cañamón se ha puesto muy contento al detectarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario