Monteagudo de las Vicarias: Yo F. M. Recuerdo de niña que venia un hombre viejo vendiendo coplillas y romances de ciego. Se llamaba el tío Julián y era de Valtueña, de esto hace 75 años, yo me compraba estas coplillas y hoy las recuerdo costaban 5 centimos , o sea una perrilla.
Los “Romances de Ciego”
General mente eran de autor anónimo y versaban sobre relatos de hechos más bien recientes y localizados a la época y lugar en que se recitaban, que impresionaron a las gentes por su dramatismo o truculencia, o por su desenlace trágico.
Los ciegos e inválidos solían relatar estos romances por las calles del pueblo cantando en los mercados y plazas de nuestros pueblos y ciudades general mente cantando; a veces acompañados del típico violín, rabel o zanfona.
Casi siempre mostraban también un gran tablero con las figuras del romance repreguntadas, y cuyas escenas iban señalando con un puntero de palo. El hombre sabio ha de escuchar de joven para aprender y compartir su saber de viejo.
Los romances de ciegos solían comenzar con una llamada de atención al personal similar a ésta:
"Hombres, mujeres y niños, mendigos y caballeros,
paisanos y militares,
carcamales y mancebos.
"mendigos y caballeros,
paisanos y militares,
carcamales y mancebos.
El que ya no peina canas
porque se quedó sin pelo,
y el que el tupé se compone
con bandolina y ungüento..."
mendigos y caballeros,
paisanos y militares,
carcamales y mancebos.
Y aquí se acaba el romance
Por que en el escrito esta
solo dos céntimos cuesta
a quien lo quiera llevar.
Los chiquillos en la plaza se sentaban alrededor y el viejo les contaba sus cuentos
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