De niño recuerdo como ayudaba a mis padres a cavar, entresacar, regar y escamochar la remolacha. Labores que se hacían en el pueblo y que eran especialmente duras porque se realizaban de una forma manual y la climatología en la que se realizaban era extrema por el calor o por el frío. De la misma manera ayudaba en las tareas relacionadas con el cereal, la fruta, la vid e incluso el huerto. Esto ha forjado mi espíritu y mis aficiones a la naturaleza y al deporte especialmente el de resistencia.
Ahora he probado a poner en una maceta tomates cherry y pimientos y ya tengo frutos. Me ha hecho mucha ilusión, les hago varias visitas diarias y recuerdo el huerto que teníamos al lado de casa en el que mi madre cultivaba las hortalizas típica de la localidad y que yo alguna vez le cavé la borraja, pues entonces no me gustaba mucho.
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