La fecha de la presente entrada coincide, casualmente, con una triste
noticia que tiene algo que ver con el contenido que abordas en la misma
como explicaré al final. Se trata del fallecimiento de Felicidad
Martínez más conocida como “La ciberabuela de Monteagudo”. Esta persona,
que había trabajado siempre en la agricultura y en la ganadería, cuando
tenía 78 años se apuntó a un curso de internet que se impartía en el
telecentro de su pueblo. Posteriormente creó el blog
“recuerdosdelaabuela” en el que recopilaba costumbres, letras de albadas
y jotas, dichos, anécdotas, historias y acontecimiento cotidianos de
su pueblo. El blog tiene más de 486.000 visitas. Era un punto de
consulta de noticias de muchos nacidos y simpatizantes del pueblo
desperdigados por el mundo. La primera entrada de su blog, escrita al
principio de junio de 2007 bajo el título de ‘Mis aficiones’, define su
vitalidad y forma de ser. Dice así:
“Soy una persona mayor y con muchas ganas de aprender cosas nuevas y
no sentirme analfabeta en esto de los ordenadores, y además me siento
útil haciendo algo nuevo. Ya estoy cansada de hacer labores de todas
clases, ganchillo, cruzeta, bordado, crochez, punto, además de otros
muchos trabajos en la agricultura y ganadería; estoy haciendo un curso
de comunicaciones a través de internet dirigido por la señorita
Patricia…“.
Felicidad Martínez, fue elegida por la Casa de Soria en Madrid
“Soriana del año. Numantina de a pié, 2011” . Ese mismo año Abel recibía
el “Premio Dionisio Ridruejo. Libro 2011”.
Pues bien, la relación que encuentro entre la actual entrada de “El
canto del cuco” y “la Feli de Monteagudo” procede de que, ella supo
guardar todo lo que, para otros eran trastos viejos y cuyo destino
hubiera sido el “punto limpio o sucio”. Guardó con esmero, limpió y
recuperó: muebles viejos, aperos de labranza, utensilios domésticos,
herramientas manuales, juguetes, vestidos, bordados…Con todo ello
consiguió montar, a nivel particular, sin ninguna ayuda oficial y en un
local propio, una especie de museo etnológico que enseñaba, con gusto, a
los que se lo solicitaban. Disfrutaba como un niño dando explicaciones a
los visitantes del funcionamiento y uso de todos y cada uno de los
objetos expuestos, muchos de ellos usados por ella misma en sus años
jóvenes.
Amigo Abel, no me cabe la menor duda de que Feli nos hubiera podido dar
una lección pormenorizada acerca del uso, manejo y funcionamiento de tu
sobadora o sobadera. Descanse en paz.
1 comentario:
solo puedo decir gracias gracias gracias
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