He seguido buscando algo sobre el tratado de Monteagudo y he encontrado que en la biblioteca cervantesvirtual.es hablan de la historia de Jaime II el rey aragonés que firmo el tratado de Monteagudo. A su muerte (16 de junio de 1291) subió al trono de Aragón a Jaime II (1291.-1326), que dejó
en Sicilia a su hermano Federico como lugarteniente, lo que indica que Jaime II pensaba retener
para sí el reino de Sicilia, para lo cual buscó el apoyo de Sancho IV de Castilla, con el que firmó
el 29 de noviembre de 1291 el Tratado de Monteagudo. Pero esta alianza con Castilla, preferida
a la de Francia y el papado, era transitoria y se fue debilitando en las conversaciones de
Guadalajara y de Logroño (junio de 1293). Los contactos diplomáticos para resolver la cuestión
siciliana siguieron en Tarazona (agosto de 1293) y en La Junquera, hasta que el 20 de junio de
1295 el nuevo papa Bonifacio VIII consiguió que aragoneses, franceses y sicilianos o
napolitanos llegaran a unos acuerdos, conocidos como Tratado de Anagni.Un poco más adelante en la biografia aparece lo siguiente Jaime II, igual que sus predecesores, sintió un gran interés por el norte de África, zona de
interés político, pero sobre todo comercial, para los monarcas aragoneses y para los comerciantes
de los Estados marítimos de la Corona de Aragón. Las relaciones se mantuvieron con Egipto,
Túnez, Bugía, Tremecén y Marruecos, aunque la intervención catalano-aragonesa se dejó sentir
con mayor fuerza en el Magreb oriental. Ello era el resultado del tratado de
Monteagudo-Calatayud, firmado en el año 1291 entre los reyes Sancho IV de Castilla y Jaime
II de Aragón, por el cual se repartían el área de influencia de las respectivas Coronas en el Norte
de África, estableciendo como divisoria el río Muluya, dejando para los castellanos la parte
oeste, Ceuta, y para los aragoneses la parte este, en dirección a Bugía y Túnez. Jaime II, más que
pensar en la conquista territorial consideraba el espacio norteafricano como bases y escalas
navales complementarias de las islas Baleares, Sicilia y, más adelante, Cerdeña, como una
importante fuente de recursos económicos y humanos, como fuente de tributos, de milicias y de
esclavos.En Egipto, las embajadas de Jaime II a Egipto buscaban obtener importantes préstamos
para el rey de Aragón, garantizar la seguridad de los peregrinos que iban a Tierra Santa y
mantener las ventajas conseguidas por los mercaderes catalanes. En las relaciones con Ifriqiya
predominó la actividad de tipo político-diplomático, buscando zonas de influencia y reyes
tributarios, para lo cual se firmaron numerosos tratados, como los de 1301 o 1308 con Túnez,
o el de 1309 con Bugía., buscando siempre favorecer las relaciones comerciales existentes. En
Tremecén y Marruecos, la diplomacia aragonesa trabajó a varias bandas: Marruecos, Granada
y Castilla, cuyas rivalidades y diferentes objetivos geoestratégicos las hacían muy fluctuantes,
tratando de compaginar los intereses políticos con los mercantiles, y desde 1304 el sultán
marroquí se declaró vasallo de Jaime II, que obtenía el pago de 10.000 dinares de oro. He puesto el enlace en cervantes virtual por si quieres ampliar sobre este rey.
También he encontrado que Sancho IV tuvo grandes problemas para subir al trono ya que su padre Alfonso X el Sabio había cambiado la ley que había en Castilla sobre sucesión.
Jaime II a la muerte de Sancho apoyo a los hermanos de Cerda a recuperar el trono. Alfonso de la Cerda que se intitulaba rey de Castilla firmó un acuerdo con Jaime II en Bordalba y en Serón de Nájima en el que cedía Murcia, Molina, Requena... y se acordaba la boda de Alfonso con Doña Violante hermana de Jaime.
Ferrer i Mallol, María Teresa (2005). Entre la paz y la guerra: la Corona-catalana-aragonesa y Castilla en la Baja Edad Media. Barcelona: C.S.I.C., Institución Milá y Fontanals, Departamento de Estudios Medievales. ISBN 8400083881.
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