El régimen feudal constituía una
organización del poder político que regulaba los derechos y deberes
de los señores y los vasallos. Su base económica era la villa, organización
del trabajo agrícola, de la vida de los campesinos y de las relaciones
entre éstos y el señor de la villa.
La villa tuvo sus orígenes en las
formas de explotación de los últimos tiempos del Imperio Romano
y en las condiciones que se produjeron a raíz de las invasiones.
Durante aquellos tiempos calamitosos muchos pequeños propietarios
prefirieron entregar su tierra a algún propietario poderoso y convertirse
en siervos de éste con el fin de recibir su protección.
El feudo de un gran señor podía comprender
a cientos de villas, mientras que un feudo pequeño podía estar formado
por una sola villa. La parte mas importante de la villa estaba formada
por la casa señorial que muchas veces era un castillo fortificado.
A su lado se elevaban los almacenes, talleres, establos, los hornos
y los molinos.
Cerca del castillo estaban la capilla o iglesia,
la casa del sacerdote y la aldea con sus angostas callejuelas y
las modestas casas de los campesinos o villanos. Las tierras de
la villa estaban divididas en dos partes: una parte, la tierra señorial
o "reserva", era explotada directamente por el señor a
quien correspondían todos los productos. El trabajo era ejercido
por los siervos domésticos y por los villanos que estaban obligados
a prestar servicios personales. La otra parte estaba dividida en
lotes o "mansus" que eran concedidos a los villanos quienes
los explotaban en beneficio propio a cambio de lo cual debían pagar
un censo y prestar servicios personales.
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