El baile más generalizado en Soria, como en media España, es la JOTA; y aquí, como en otras comarcas y regiones, ha tomado su especial fisonomía y carácter.
La jota que se
baila en Soria, como la jota castellana, se baila a saltitos, un poco picada, y
es menos movida y airosa que la de Aragón.
Según el
malogrado músico oxomense Federico Olmeda, autor del Cancionero de Burgos
enriquecido con varias canciones de Burgo de Osma, acaso la jota no naciera en
Aragón, sino en Castilla, llegando a adquirir carta preferente de naturaleza en
la región del Ebro, porque los gestos y el carácter de los aragoneses se
prestaban mejor al ritmo de este baile popular.
Hay otras
danzas menos corrientes que la jota; pero desde luego, más originales y más
raras.
Hay un baile,
al parecer propio y exclusivo de las tierras del Alto Duero –Segovia, Burgos,
Soria–, que es la RUEDA.Este baile no lo puede bailar una sola pareja, pues se requieren muchas para que sea verdaderamente una rueda. Es un baile de masas, sencillo y elegante. Las parejas bailan sueltas, y todas hacen lo mismo.
EL tamborilero ataca con brío un redoble avisador, y el dulzainero lanza vibrantes notas de atención; los mozos buscan sus parejas, colocándose en corro y comenzando la rueda.
Las parejas –los mozos fuera; las mozas dentro del cerco–inician el movimiento rotatorio bailando unas tras otras en rueda. Lentamente, poco a poco, la danza se anima: el gaitero aligera algo el ritmo; el cerco se hace más tenso; el giro más rápido –nunca apresurado–, y la rueda forma un espléndido y pintoresco carrusel.
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